Consuelo Estrella Rivero Hoyos, se proyectaba como una seductora abogada, enamoraba a empresarios y les sonsacaba dinero para comprar supuestamente terrenos y departamentos. Utilizaba el dinero para tener una vida lujosa sin siquiera trabajar
Una mujer de nacionalidad boliviana, identificada como Consuelo Estrella Rivero Hoyos, de 40 años, fue denunciada como la nueva estafadora de Tinder, quien supuestamente habría engañando a hombres, especialmente empresarios y adinerados haciéndoles creer que era una mujer independiente y exitosa abogada para lograr enamorarlos y sacarles dinero, con el cual se daba una vida lujosa sin siquiera trabajar.
El medio peruano Cuarto Poder comparó a Consuelo de estafar al mismo estilo de Simón Leviev, el famoso ‘estafador de Tinder’, ya que ella utilizaba la aplicación cuidadosamente para contactar a hombres con poder económico para fingir intereses amorosos y sustraerles miles de dólares con engaños.
Una de sus víctimas fue Julio Chirinos, un administrador de empresas, experto en marketing y profesor de postgrado en una reconocida universidad en Lima, quien creyó ciegamente en la encantadora fémina, a quien llegó a considerar el amor de su vida y quedar enamorado en cuestión de una semana.
“Necesito contactarme con alguna persona que haya sido estafada por Consuelo Rivero Hoyos (Reside en Lima y en Santa Cruz). Consuelo Rivero Hoyos no trabaja en ningún organismo internacional, no tiene fuente de ingresos lícitos. En dos años viviendo en Lima ha podido cambiar su imagen personal como se muestra en la foto adjunta, por ello es que la podrían reconocer con estas imágenes. Esta persona me ha estafado con 100 mil dólares americanos y se que ha cometido otros delitos de estafa en otras ciudades de Latinoamérica”, reportaba Chirinos en sus redes sociales alertando sobre la estafadora.
Chirinos incluso, conoció a la familia de Consuelo en Bolivia, compartió con ellos y hasta se fotografió en plena Plaza 24 de Septiembre en Santa Cruz y recuerda cómo la conoció. “Me encuentro con una solicitud de amistad y veo que esta persona era de Santa Cruz. Como yo doy conferencias y dicto cursos en Latinoamérica, pensé que era una persona que quería contactar conmigo para fines profesionales”, narró el afectado en entrevista con el dominical Cuarto Poder.
“Es por Zoom que, en menos de una semana, esta persona me enamora, caigo totalmente enamorado, no por la belleza, sino por la forma en la que te hacía sentir y las palabras que utilizaba para poder conectar”, relató.
C onsuelo se presentaba en Tinder como una mujer cerca de la ‘perfección’. Profesional e independiente, aseguraba que era una exitosa abogada con doctorado en derechos humanos por la universidad de San Marcos y coordinadora del área legal del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, currículum que también aparece en su perfil de LinkedIn, pero esta información fue descartada por ambas instituciones.
Cuatro meses después de iniciado el vínculo amoroso con Julio Chirinos, la mujer expresó a su nueva ‘pareja’ sus deseos de comprar un lote en una zona pudiente del norte de Santa Cruz. “Al cabo de un par de semanas ya estuve compartiendo los gastos de la inversión de un lote de 500 metros cuadrados al norte de Santa Cruz, valorizado en unos 150.000 dólares”, dijo.
Por la supuesta adquisición del terreno que pagaban en cuotas compartidas, no conforme con ello Consuelo empezó a pedirle dinero para la compra de un apartamento, y el hombre pasó a pagar cuotas mensuales de 1.500 dólares por un inmueble que constaba 220.000. “Jamás le iba a pedir los contratos, porque vivíamos acá, teníamos una relación, ya conocía a su familia, conocíamos todo de nosotros”, expresó el empresario .
Supuestamente, la boliviana trabajaba en tierras peruanas, pero constantemente salía del país con la excusa de tener un jefe muy exigente, pero Chirinos se dio cuenta muy tarde de que esos viajes no eran más que para conocer a otros hombres. “Yo en ese momento confié en ella que tenía que ir a trabajar”, lamentó Chirinos.
Los escapes de Consuelo la llevaron a conocer a su nueva víctima, esta vez era un empresario dedicado a la agricultura, conocido como Germán, quien fue el segundo entrevistado por el medio peruano.
“Quedamos en comer, me invitó a la Huaca Pucllana a cenar. Ella me invitó, pagó todo, me sorprendió y hasta ahí todo bien (…). A mí me cayó muy bien una persona madura, que trabajaba, independiente. Me sorprendió, nos matamos de risa, fue muy agradable”, afirmó.
Sin embargo, poco tiempo después, Consuelo sorprendió a Germán con un supuesto embarazo. Él lo descubrió gracias a que mandó a analizar una fotografía de la ecografía. “Yo, felizmente tengo un amigo ecógrafo de los buenos allá en Chiclayo; le pregunté cuánto tiempo tenía y me dice: ‘German, tiene 10 a 12 semanas’”, pero la respuesta sorprendió al hombre y encaró a Consuelo.
“La llamo y le digo que nunca más me vuelva a llamar y que no quiero saber nada más de ella porque la foto que me ha enviado es de 10 a 12 semanas, y no coincidía el tiempo con el que estuve con ella. Fue una mala experiencia, una persona de las más malas que he conocido en mi vida”, aseguró Germán.
Además de Julio, Germán y otros hombres que no quisieron participar en el informe del dominical, Consuelo Rivera también engañaba a familiares y allegados de sus víctimas, una de ellas fue Isabel, a quien conoció hace más de seis años, cuando la boliviana aún estaba casada con uno de sus mejores amigos. Se ganó su confianza, pero no tardó en mostrar sus verdaderas intenciones.
“Inicialmente me pidió prestado 15.000 soles y después me pidió más, en total ella me debe como 42.000 soles (…). Ella sabe perfectamente porque es su negocio, sabe que por préstamo no hay cárcel. Ya prácticamente se desentendió de la deuda”, denunció.
Pero la habilidad de conquista de la boliviana salió a la luz, y una de sus víctima hizo que confiese, la misma que aceptó haberlo estafado y confirmó que tenía problemas legales en Bolivia.
“Me doy cuenta que Consuelo nunca fue mi novia, fue pareja de muchas personas y también descubrí que estuvo en la cárcel, no por un presunto delito, sino con sentencia por estafa de venta de lotes y departamentos en Bolivia”, manifestó Chirinos.
Es más, el supuesto lote y el apartamento que pagaban en cuotas no existe, dinero que solo era utilizado para que Consuelo siga teniendo su vida lujosa. “Ella me mandó documentación falsa, y sus salidas del departamento nunca fueron para temas laborales, siempre fue para salidas con otros hombres. Pero ahora, ella me ha firmado un documento en presencia de mi abogado y con sus huellas, asumiendo los cuatro delitos y la suma asciende a 100 mil dólares”, precisó el hombre.
Ni los amigos de sus parejas y ni sus victimas le conocieron con certeza un trabajo, recalcan los afectados.