La joven madre tenía el 90% de su cuerpo quemado, tras ser hallada envuelta en llamas, en su casa de Tiquipaya. Estuvo intubada, pero no resistió las lesiones. Su bebé, de 2 años, requiere donantes.
Erika junto a su hija en una foto pasada. VOCES LIBRES
El sufrimiento de Erika Alvarado, la mujer que apareció envuelta en llamas en su casa de Santiaguillo, Tiquipaya, terminó hoy a las 5:30 de la madrugada. Tras más de 25 días de agonía, la joven mamá murió en el hospital Viedma. Su progenitora está desconsolada y ahora su nieta, que también sufrió quemaduras, es el motor que la mantiene de pie.
El calvario de Anabel Fernández empezó el 17 de agosto, al enterarse de que su hija Erika, de 24 años, había sido brutalmente golpeada por su pareja y luego resultó con graves quemaduras en el 90% de su cuerpo.
Su nieta de 2 años y el agresor también habían sufrido los embates del fuego en el 30% de su superficie corporal, en un hecho que aún no ha sido esclarecido.
Anabel no ha dejado de llorar desde ese día, no solo por la tragedia, sino porque internaron a su hija en terapia intensiva y la intubaron, asegurándole que tenía esperanzas de vida.
SE FUE CON SU SILENCIO
Después le dijeron que no debía haber sido intubada, pues las quemaduras en más del 70% del cuerpo son fatales. Con el tubo en su garganta, ni siquiera pudo hablar, para dar su versión de lo sucedido en el cuarto que alquilaba junto a Jhoner en Santiaguillo.
“Sé que estaba sufriendo demasiado y que, en realidad, desde el principio no tenía no tenía esperanzas de sobrevivir, pero me duele tanto perder a mi hija y peor de esta manera, tanto ha sufrido al lado de este hombre”, lloró Anabel.
El agresor Jhoner R. resultó imputado por la muerte de Erika. De acuerdo con la versión de un testigo, él la golpeó mucho el 17 de agosto y ella amenazó con prenderse fuego para acabar con todo. Sin embargo, el testigo no vio el momento en que ocurrió. A los gritos, salió de su habitación y observó a Erika ya envuelta en llamas en el patio, a Jhoner con sus brazos quemados en la lavandería y el cuarto donde vivían quemándose.
Por el momento, los indicios acumulados en la investigación preliminar apuntan a un homicidio-suicidio, pero mientras se profundizan las pesquisas, podrían surgir nuevos elementos que modifiquen este tipo penal.
VIOLENCIA SISTEMÁTICA
La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, Mercedes Cortez, lamentó profundamente el hecho de que una mujer tan joven, con tanto por vivir y dar a su tierra, haya sido víctima de una violencia sistemática que no fue parada a tiempo.
“No solo sufrió tantos días con las quemaduras, sino antes de ellas, por las golpizas constantes que padecía y que la llevaron a la depresión, a la desesperación. Estamos muy acongojados por este desenlace y estamos ayudando a la familia en la defensa legal gratuita y también con el ataúd y el entierro, pero también se requiere la ayuda de la población. Su hijita Ángela necesita cinco donantes de sangre, de cualquier tipo, que puedan acudir al Banco de Sangre, en la calle Aurelio Meleán 487. Por favor, rogamos que vayan a donar a nombre de la niña Ángela Isabel Rosas Alvarado, de un año y 10 meses», pidió Cortez.