
Andrónico Rodríguez se pronuncia ante los últimos hechos por los que atraviesa el país
El pueblo boliviano no puede seguir siendo rehén de disputas políticas ni de intereses electorales mezquinos. La principal causa de la actual crisis en Bolivia es la incapacidad del Gobierno para garantizar el abastecimiento de combustible y alimentos.

La población está cansada de vivir en un conflicto permanente: sin gasolina, con aumentos constantes en los precios de los productos básicos y sin poder circular libremente.
La solución no es la violencia entre compatriotas, y mucho menos la represión policial, sino el diálogo.
Considero urgente la reunión entre las tres fuerzas políticas de la Asamblea Legislativa, con el objetivo de tratar los créditos que aseguren el uso exclusivo de dólares para la compra de diésel y gasolina; normativas que permitan estabilización de los precios de alimentos, el diferimiento de créditos y la pausa impositiva para pequeños contribuyentes. Por eso, convoco al Presidente de la Asamblea Legislativa a encontrar una solución que el Ejecutivo no ha podido dar.
La prioridad de todo político debe ser llevar soluciones al pueblo, no conflictos; promover la unidad y no la división. No se puede utilizar el sufrimiento del pueblo como herramienta para alcanzar objetivos personales.