
Estuvo perdido por meses y lo hallaron en un operativo municipal. Fue rescatado junto a otros 19 animales por la Alcaldía de La Paz. Su historia emociona y devuelve la fe en los reencuentros posibles.

Pasaron ocho meses desde que Churro, un perrito de 14 años, salió de casa junto a su compañera inseparable, Muñeca, y no volvió. Su familia lo buscó con paciencia, con esperanza, con ese tipo de fe que no hace ruido pero persiste. Este lunes, la espera terminó: Churro fue rescatado por la Alcaldía de La Paz en un refugio clandestino clausurado el pasado viernes. Había estado allí, retenido, en condiciones precarias durante al menos ocho meses.
Entre lágrimas, con la voz quebrada por la emoción y la memoria, Katherine Méndez, su dueña, habló de ese tiempo largo y doloroso: “Realmente digo a la gente que tenga mucho cuidado con sus mascotas. Los dejamos salir y hay gente muy malintencionada que ha hecho eso con mi mascota, lo ha retenido durante ocho meses”, lamentó.
La historia de Churro se entrelaza con el operativo municipal ejecutado el pasado jueves, en el que se rescataron 20 animales —19 perros y un gato— de un albergue que ya había sido clausurado, pero que seguía funcionando pese a las restricciones.
El lugar fue intervenido por funcionarios municipales. Lo que encontraron fue desolador: animales sin comida ni agua, viviendo entre sus heces, sin vacunas, con el cuerpo marcado por la desnutrición y el abandono.
“Se ha podido hacer el rescate de alrededor de 20 animalitos, en condiciones no adecuadas, con falta de higiene, falta de alimento”, informó el jefe de la Unidad de Zoonosis del municipio, Fernando Guzmán.
El reencuentro
Fue en una de las imágenes compartidas por la Alcaldía donde ocurrió el milagro. Katherine estaba en redes sociales, sin buscar, y lo vio. Reconoció esa cara, ese pequeño cuerpo, ese gesto inconfundible.
“Hasta que hemos visto la publicación de la Alcaldía, en donde sale en la portada de las fotos mi mascota y lo hemos reconocido”, contó, aún emocionada. Presentó toda la documentación necesaria y lo recuperó.
El momento del reencuentro fue íntimo, contenido, pero cargado de una ternura casi incontrolable. “Creo que Dios nos ha mandado a este mundo para tener una labor con ellos. Me siento feliz, agradecida con Dios, bendecida, porque no muchas personas tienen esta oportunidad de recuperar a sus animales”, dijo Katherine, mientras lo sostenía en brazos. Churro, visiblemente debilitado, estaba otra vez con su familia.
Las autoridades informaron que los demás animales permanecerán bajo observación veterinaria durante 72 horas. Una vez que se recuperen, serán puestos en adopción.
“Esperemos que realmente todos puedan llegar a un hogar, encontrar el amor, una segunda oportunidad que aquí no tenían”, agregó Guzmán.
La historia de Churro no es solo la historia de un reencuentro. Es la historia del vínculo que no se rompe, del amor que no se apaga y de la esperanza —a veces pequeña— que nunca deja de buscar