Bolivia ve con interés la producción de biodiésel a partir de la basura, a raíz de una pequeña planta piloto presentada en la ciudad de El Alto, la segunda más poblada del país, que produce este biocombustible utilizando desechos plásticos.
En la planta piloto de metalurgia Heresi, ubicada en la zona Nuevo Amanecer en El Alto, los ingenieros presentaron este miércoles al viceministro de Altas Tecnologías Energéticas, Álvaro Arnez, y al presidente de la Cámara de Diputados, Freddy Mamani, el “microreactor de conversión de la basura en diesel”.
Se trata de una pequeña planta piloto que utiliza desechos como los plásticos, bolsas y neumáticos para llevarlos a un proceso donde pasan por una serie de catalizadores para condensarlos y generar diésel, explicó a Efe el gerente de la planta de Heresi, Juan José Díaz.
El biodiésel que produce fue sometido a unas pruebas en la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) que verificaron que su producción es de calidad, acotó el gerente.
La industria modelo puede producir 112,000 litros diarios, mientras que la planta piloto presentada a las autoridades produce unos 28 litros por día y utiliza aproximadamente unas 90 toneladas de basura, según Díaz.
La idea es que este emprendimiento se convierta en una planta que produzca biodiésel de “alta calidad”, que sea “amigable con el medio ambiente” y que sirva como un ejemplo para que se pueda replicar en otras regiones.
“El país genera basura suficiente para que Bolivia no tenga que importar un solo litro de diésel”, consideró Díaz.
Se estima que si se logra construir una planta más grande en esa ciudad se pueda producir unos 35 millones de litros de este “biodiésel” anualmente, dijo Díaz.
Apoyo estatal
El diputado Mamani indicó que una de las prioridades del Gobierno de Luis Arce es impulsar los emprendimientos que ayuden a sustituir las importaciones, por lo que este proyecto es de interés.
“Estamos dispuestos a trabajar”, indicó Mamani.
De la misma forma, el viceministro Arnez destacó a Efe la importancia de este proyecto piloto en el que se considera brindarle apoyo para que pueda crecer y que ayude a reducir las importaciones de diésel.
Según el viceministro, anualmente se gasta entre US$ 1,200 a US$1,400 millones en la importación de combustibles, por lo que emprendimientos que empiezan en “poca escala” pueden ayudar a llegar a la meta de reducir las importaciones.
“El diésel y gasolina que se genera a través de este reactor tiene muy poca cantidad de azufre, casi mínima y genera la reducción de gases tóxicos”, destacó Arnez.
En 2018 el expresidente Evo Morales anunció el ingreso de Bolivia a la era de los biocombustibles a través de una política estatal a favor del bioetanol y el biodiésel.
Además está en construcción una planta de biodiésel en la región oriental de Santa Cruz que se prevé que esté operando en el 2024, con una inversión estatal de US$ 250 millones y que podría producir tres millones de barriles anualmente.
Esta planta de diésel renovable reutilizará aceites desechados y vegetales.