Viruela del mono: existen al menos tres formas de contagio

Entonces, ¿cómo se propaga? Los estudios de brotes anteriores sugieren que el virus de la viruela del mono se transmite de tres formas: a través del contacto directo con el sarpullido de una persona infectada, al tocar objetos y telas contaminados o por las gotículas respiratorias que se producen cuando una persona infectada tose o estornuda. También hay pruebas de que una mujer embarazada puede transmitir el virus a su feto a través de la placenta.

Los científicos todavía tratan de entender si el virus puede propagarse a través del semen, los fluidos vaginales, la orina o las heces y si las personas pueden ser contagiosas antes de que desarrollen síntomas visibles.

Varios factores pueden determinar el riesgo de contraer la viruela del mono, bien sea por cuidar a alguien que está enfermo, asistir a fiestas llenas de gente o simplemente tener relaciones sexuales. También influye lo cerca que se está de alguien enfermo, lo infeccioso que es, cuánto tiempo se pasa con esa persona y su propia salud personal.

Las actividades que ponen a una persona en mayor riesgo de contraer el virus involucran el contacto cercano e íntimo con otra persona contagiada. Esto incluye el tipo de contacto que se produce durante las relaciones sexuales, así como al abrazar, tocar, masajear o besar a otra persona. Los condones probablemente agregan una capa de protección durante las relaciones sexuales, pero es poco probable que eviten el contacto con lesiones en la ingle, los muslos, las nalgas u otras partes del cuerpo de una persona infectada.

Los compañeros de cuarto y los familiares que viven en la misma casa también tienen un riesgo significativamente mayor de contraer este tipo de viruela, en comparación con cualquier otra persona con la que un paciente pueda tener contacto cercano, dijo Bernard Camins, director médico para la prevención de infecciones en el Sistema de Salud Monte Sinaí.

Las personas que comparten la misma vivienda pueden contraer la viruela símica a través de las prendas de vestir, toallas y ropa de cama contaminadas. Los utensilios compartidos que pueden contener la saliva de una persona infectada también deben considerarse de alto riesgo, dijo Saskia Popescu, epidemióloga de enfermedades infecciosas de la Universidad George Mason.

Riesgo medio

Cuando se trata de la transmisión de gotículas respiratorias, el contacto cara a cara -o actividades que conllevan una proximidad similar- es más riesgoso que estar a varios metros de distancia. Los funcionarios de salud recomiendan mantener al menos 1,80 metros de distancia de los pacientes sin mascarilla para evitar exponerse, aunque algunos expertos argumentan que esta distancia es arbitraria. 

Sin embargo, al igual que sucede con la covid, usar cubrebocas en espacios interiores es una buena idea para protegerse de la viruela del mono. Asistir a una fiesta en un recinto repleto podría ponerte en riesgo de contraer el virus, particularmente en las zonas del país donde los casos son altos. Las reuniones en las que las personas tienen contacto directo y bailan juntas durante mucho tiempo pueden ser aún más riesgosas, dijo Popescu.

Menor riesgo

Es poco probable que las personas contraigan el virus probándose ropa en una tienda o tocando artículos no porosos como manijas de puertas y mostradores, dijo Popescu. “Personalmente, me preocupa menos probarme ropa en la tienda”, dijo. Para quienes están nerviosos, sugirió llevar las prendas nuevas a la lavandería para estar tranquilos.

Además, algunas actividades que las personas aprendieron a limitar durante las oleadas de la covid-19 probablemente no sean tan riesgosas para la transmisión de la viruela del mono. Por ejemplo, es poco probable que sentarse en un metro, autobús u otro transporte público o ir a una oficina o escuela exponga a las personas al virus de la viruela símica. 

Pero los expertos advierten que esta recomendación podría cambiar a medida que los investigadores recopilan más datos sobre la enfermedad. Si el virus continúa propagándose sin control, eventualmente podría extenderse a una población más amplia, aumentando las posibilidades de infección en todos los casos. Pero, según Camins, ese momento “todavía no ha llegado”.

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