“Creo que ya es suficiente. Ahora es el momento de alzarse en protesta, en nombre de la rabia, porque esto no puede continuar”, dice Anushna Das, una estudiante de la ciudad de Calcuta, en el este de India, capital del estado de Bengala Occidental.
Das se unió a miles de mujeres y hombres que salieron recientemente a las calles para protestar por la violación y el asesinato de una médica practicante ocurrido durante un turno nocturno en un hospital estatal la semana pasada.
La médica de 31 años se había ido a descansar a una sala de seminarios después de un día agotador en uno de los hospitales más antiguos de India: la Facultad de Medicina RG Kar de Calcuta es una institución con más de 130 años de antigüedad.
A la mañana siguiente, sus colegas descubrieron su cuerpo semidesnudo con múltiples heridas.
La policía arrestó más tarde a un trabajador voluntario del hospital en relación con lo que se considera hasta el momento un caso de violación y asesinato.
Los manifestantes de la marcha conocida como «Reclaim the Night» (Recuperar la noche) han exigido justicia para la joven médica y seguridad para millones de mujeres en todo el país.
Los organizadores eligieron la víspera del Día de la Independencia porque, dicen, querían preguntar cuándo las mujeres de India lograrían su verdadera independencia.
“Queremos noches seguras, para las mujeres, los hombres y todos”, exigió otra manifestante, un sentimiento que se repitió varias veces cuando periodistas de la BBC visitaron los principales hospitales gubernamentales en varias partes de India y conversaron con empleadas que trabajan en turnos de noche.
El incidente trajo a la memoria un caso notorio ocurrido en 2012, en el que una becaria de fisioterapia de 22 años fue violada en grupo durante un viaje en autobús en Delhi y murió a causa de sus heridas.
La violencia contra las mujeres es un problema grave en India: en 2022 se denunciaron una media de 90 violaciones al día, según datos del gobierno.
S. Abarna, una becaria que hace guardias nocturnas en un hospital de la ciudad sureña de Chennai, dice que la tragedia de Calcuta ha provocado miedo entre el personal femenino.
Abarna cuenta que a quienes hacen prácticas les han pedido que utilicen las salas del personal y que cierren las puertas con llave.
También les han recomendado utilizar una aplicación de la policía de la ciudad llamada Kavalan para enviar una alarma de emergencia si es necesario, pero teme que «cualquier cosa pueda pasar en cualquier momento»